Cuba, un viaje en el tiempo


Del exceso a la escasez 



Esta vez no voy a escribir de noticias actuales ni problemas nacionales. Me dispongo a narrar un viaje a través de dos siglos, os invito a subir a la máquina del tiempo.

El viaje empezó un 30 de junio en Madrid, junto a mi novia Claudia. Tras nueve horas de vuelo llegamos a Miami.

Entrada a Miami Beach.

Pasamos del capitalismo controlado a la exaltación del mismo. Un país que gira en torno al consumismo, los vehículos, las industria armamentística y la comida rápida. Recordemos que estamos en el siglo XXI, aunque ves algunas normas sociales en los Estados Unidos que te hace replanteártelo y pensar que estás en el XVII. Todo esto siendo la potencia mundial por excelencia. Recuerdas la sanidad pública española e inmediatamente te entra la morriña. Tras pasar allí 4 días nos dirigimos a una gran isla, concretamente la más grande del mar Caribe. Cuba.
Es aquí donde nos subimos a una máquina del tiempo, una máquina de fabricación americana y operada por los estadounidenses: un Boeing de la compañía JetBlue.
Tras 45 minutos abordo la emisión de la televisión en el avión se corta. Acabamos de entrar en el siglo XX.

Cuba es un país fantástico; posiblemente el más llamativo, de los que he visitado, junto con Bulgaria. Su gente, sus paisajes, su gastronomía y una ristra de motivos por los cuales lo hacen un lugar fantástico para vivir. Lo del siglo XX tiene que ver con la situación política y democrática actual y el embargo internacional, ambos bastante cuestionables pero que ahora mismo no es momento para debatir.

Cuando te bajas del avión en el aeropuerto, lo primero que ves, aparte de la bofetada de calor caribeño es un paisaje verde. Cuba es una paleta de colores; el azul de las playas de Varadero, siempre entre las mejores del mundo, el verde de los bosques, el marrón de las ciénagas y el gris de las tormentas que acompañan todas las tardes en la isla.



Playa Girón, mar Caribe. 


De colores también va el transporte, no sólo porque los autobuses de larga distancia se llamen “Vía Azul” si no porque los coches son un arcoíris, y también un rompecabezas. Te puedes encontrar un Ford del 1954 con un volante de un Mercedes del 2001, un Chrevrolet de 1956 con una pantalla táctil y una palanca de cambios de un Hyundai Atos. Para moverte en las ciudades tienes que utilizarlos, se hacen llamar almendrones, abstenerse maniáticos de la seguridad vial, y si elige el transporte público no se lo recomiendo si tiene claustrofobia.



Vehículos clásicos en La Habana. 



La isla no sólo es ron. Hay mangos del tamaño de un folio A4, fruta, en general, con un sabor que rozas el paraíso. Una gastronomía estupenda: el arroz con frijoles y plátano frito, la ropa vieja, la cerveza Cristal, el dulce de leche con guayaba. Todo esto cuando el gobierno te lo permite. Cuba es fantástica, un país bloqueado por su vecino del norte y un gobierno con medidas desfasadas en el siglo en el que estamos que vive entre música y baile. Hay arte en cada esquina y en cada plazuela donde la gente se reúne para charlar, discutir sobre el béisbol, jugar al dominó y conectarse al Wi-Fi. La cuna del mambo, más estilos como la rumba, el bolero… una mezcla de cultura musical ocasionada por la cascada de historia que posee la isla. La herencia empieza por los españoles, los africanos, los americanos…

Todo es arte, La Habana es un museo andante debido a su gran historia, vivió dos revoluciones y este año se celebran sus 500 años desde que el Imperio Español la fundó. Es una de las grandes capitales que más me ha impresionado, a la altura de Viena y París. Necesita una mano de pintura y un par de arreglos para sacar matrícula de honor: el teatro Alicia Alonso, antigua casa de los gallegos, el Capitolio, el Palacio Presidencial, la Habana Vieja, la fortaleza de San Carlos de la Cabaña… y un sinfín de edificaciones. Trinidad y Cienfuegos, una mezcla de colores y ritmos y otra una construcción de origen francés. 



Gran Teatro de La Habana "Alicia Alonso", al fondo a la izquierda El Capitolio. 


En Cuba te encuentras a ti mismo si vives el país alejado del todo incluido, descubrirás una sociedad amable, generosa y entrañable, que conste que a los españoles nos tienen especial cariño. Cuba es auténtica, no encontrarás otra.

“Cuba en el alma” dice Alejandro Sanz, y así es. Allí encontré a parte de mi familia, a 6910 KM de Galicia se encuentra una parte de los Díaz y otra de los Raña, una de las experiencias más gratificantes que he vivido, ser un representante familiar a miles de kilómetros, cual Ministro de Asuntos Exteriores. Había oído hablar muchas veces a mi abuela y a mi tío de la familia  emigrada a Cuba, pero jamás pensé que iba ser yo el enlace físico que en propia entrelazara sentimientos. Pero esto es otra historia que merece ser contada aparte.
Tras 3 semanas en el continente americano vuelvo a poner en marcha la máquina del tiempo, esta vez a la cuna de la civilización occidental; a Europa.
Gracias a todos por haberme dado la oportunidad de vivir esta experiencia y gracias por leerme. Espero que dentro de un año vuelva a escribir sobre este viaje en el tiempo. 



Viva Cuba. 
CUP o también conocido como moneda nacional, debajo el dolar estadounidense.

Comentarios

  1. Es impresionante la belleza del artículo que acabo de leer, soy cubana evidentemente y agradezco infinitamente la sencillez, madurez y perfección con que el observador describe a mi bella Isla, gracias por tanto amor, es cierto, amamos a los españoles, de alguna manera son nuestras raíces.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

De París a Algeciras

El torpedo del Brexit